Escuela de Gastronomía de la Gestión Cultural gradúo a 17 mini cocineros.

Escuela de Gastronomía de la Gestión Cultural gradúo a 17 mini cocineros.

Durante tres meses aprendieron la elaboración de platos criollos, dulcería nacional y consejos para el aprovechamiento de los alimentos de acuerdo a la temporada.

Ingrid Fernández Márquez / Prensa oficial-. En su proceso de inclusión y diversificación de las artes, el Instituto de la Cultura de Monagas (Icum), en sinergia con el Instituto Municipal de la Cultura del Municipio Maturín (Imculmat), entregó certificados como cocineros a 17 niños, niñas y adolescentes de las comunidades que vivieron el proceso de formación del arte culinario, a través de la Escuela de Gastronomía de la Gestión Cultural del Gobierno de Monagas.

El acto se realizó este lunes 5 de septiembre en las instalaciones del Icum con la presencia de las autoridades, representantes y los estudiantes que estuvieron compartiendo a lo largo de tres meses junto al reconocido chefs Roger Luna, coordinador de la Escuela de Gastronomía.

Luna destacó que gracias a la disciplina y la constancia de los pequeños se logró sembrar en ellos y sus núcleos familiares el amor por la cocina saludable, lo que se traduce en una mejor alimentación a través de la elaboración de los ricos platos criollos y la más variada dulcería típica de los estados del país.

Los aspirantes a cocineros y cocineras en cada clase se adentraron al mundo de la gastronomía conociendo desde los trucos básicos para los procesos de cocción y preparación de alimentos que suelen darse con facilidad en el suelo fértil venezolano, hasta la gran variedad de dulces reposteros.

Ángel Vargas, de tan solo 10 años, es uno de los cocineritos.
“Me encanta la cocina, sobre todo preparar pastas. Ahora, con la enseñanza del chef Roger, mi mamá me deja cocinar el plato principal para almorzar”, señala el pequeño.

Los niños y jovencitos bajo la supervisión de un adulto están en capacidad de cocinar, pues una de las ventajas que tienen es que a su corta edad aprenden con facilidad a mezclar, envolver y amasar, explica el maestro de la cocina.
Para captar nuevos talentos, en el mes de octubre se abre un proceso de inscripción en la Escuela de Gastronomía.

El cierro de este ciclo de cocina saludable fue como lo ansiaban los participantes cocinando una muestra de lo que aprendieron en los talleres.

Ante la mirada de sus padres e invitados, los mini cocineros se reunieron para elaborar una ensalada fría teniendo como base pasta corta, previamente cocida, a la cual le agregaron ingredientes como repollo, zanahoria, maíz, brócoli, aguacate, pimentón, queso, jamón, pimienta, sal, aceite y un toque de mayonesa para aderezarla.

Como demostración de la dulcería prepararon un merengue para decorar tortas y ponqués, toda una delicia al paladar que degustaron junto a sus acompañantes.

Como toda actividad que se centra en las instalaciones del Icum, “Donde las Artes se unen”, no faltó la música y el baile.

Para abrir el acto cultural hizo gala de su actuación el elenco de la Escuela de Danzas, bajo la coordinación del maestro coreográfico Alfredo Natera.

Las niñas bailaron la danza del casabe, baile típico de Maturín que representa las distintas etapas de la faena que se vive en las casaberas para la elaboración de este tradicional acompañante de las comidas del oriente venezolano.

Luego sonaron el arpa, el cuatro y las maracas con el canto de Rito Tocuyo y sus improvisados versos para sorprender al público presente mientras los pequeños chefs preparaban la ensalada y el dulce.

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